::LA DEMOCRACIA EN GAMONAL por Bruno Marcos::


Según se mire ahora todo es susceptible de ser democrático o antidemocrático. Para unos las algaradas, con roturas de cajeros y escaparates varios, con quema de contenedores de basura y otras pequeñas proezas destructivas, son el súmmum de la acción demócrata, la misma voz pura y destilada del pueblo y, para otros, son atentados como los atentados de verdad con bombas y víctimas. 

Para unos y otros los de enfrente son los antidemócratas, los fascistas y hasta nazis, porque no piensan como ellos y cuanto más poder se tiene más fascista se es. En el momento en el que los sublevados de Gamonal detienen la obra por las malas se empoderan y uno empieza a preguntarse si con su fuerza de protesta no estarán aplastando a quienes les gustaba el bulevar y a toda esa mayoría que dicen votó al pp en ese barrio en las últimas elecciones en las que el dichoso bulevar figuraba como ya proyecto.

Los de Gamonal han tenido sus minutos de gloria aunque su reivindicación de que no se les mejore la calle no haya quién la entienda. Pero claro, hay que ir un poco más allá de la máxima de Ortega, uno es uno y sus contradicciones, y Gamonal, por lo que cuentan de que es como el Vallecas de Burgos, no va a andar indigente de ellas.
Un edil de otra provincia ya ha pedido una gamonalada para su urbe y a buen seguro que los avistadores anden ya por el barrio para fichar de entre los insurrectos de arrabal futuras figuras de la política redentorista.
Los vecinos, por su parte, hacen una colecta para sacar del talego a los rompecosas y ,tal vez, les den una beca para perfeccionarse. Mientras uno en su sofá, medio dormido, piensa en qué ocurrirá cuando vengan los antidemócratas de verdad, los fascistas y hasta los nazis, piensa si en realidad ya han vuelto, o si, tal vez, no se hubieran ido nunca, o que, realmente, los antidemócratas somos casi todos, cada uno en la medida de sus posibilidades.

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