::ESTE PROMETEO NO SUBIRÁ AL OLIMPO por Jesús A. Marcos::

Soy un forofo de la ciencia-ficción, tanto de la literaria como de la cinematográfica, y por eso hubiera visto, de cualquier modo, esta película. En realidad, acudí a verla incluso con urgencia porque Ridley Scott me había hecho disfrutar como ningún otro con Alien, el octavo pasajero y con Blade Runner. Esas dos películas suyas ascendieron, como divinas que eran, a lo más alto del Olimpo de este género que amo. Pero, para mi desgracia, este Prometeo que ahora nos ofrece Scott no subirá a ese sagrado monte, pues poco tiene que ver con el coraje de aquellas cintas espléndidas y no parece capaz de arrebatar nada de valor a nadie, a diferencia de lo que, según el mito, sí consiguió Prometeo al subir a la morada de los dioses.
Hay cosas muy malas en Prometheus, impropias de un maestro del género.
Ridley se copia a sí mismo o, mejor, copia los aspectos efectistas de Alien, olvidado, sin embargo, de su propia esencia. Escenarios, personajes y situaciones dramáticas se reproducen miméticamente, sin caer en la cuenta de que ni siquiera los efectos especiales resisten la repetición.
Cansa volver a ver la misma nave y sus catedralicios pasillos

No se soporta que se nos cuente otra vez cómo anidan repugnantes calamares en el interior de cuerpos humanos.
El robot es tan parecido al de Alien que hasta pierde la cabeza del mismo modo.
Vuelve una chica a ser la débil pero tozuda protagonista.
Pero, más que por esto, más que por el decepcionante reciclado de los viejos trucos, la película falla porque tampoco funciona lo que pretende ser nuevo. Lo nuevo es vulgar e indigno de Scott. Se diría que el guión hubiera sido escrito directamente por Erich von Däniken o para programas del estilo de Cuarto Milenio: se recurre a esa mitología moderna, tan popular, según la cual los extraterrestres son los creadores de la civilización humana. Para remate, con afán elitista, se hacen guiños al pasado clásico griego, queriendo insinuar que fue la antigua Hélade la más cercana al modelo estelar. Como complemento, se introduce la cuestión religiosa a través de la fe de la protagonista y de la insinuada posibilidad de que en la Tierra se esté dando la batalla entre el bien y el mal.
Y de ahí procede la razón por la que este Prometeo no subirá al Olimpo. Porque la fuerza dramática de Alien derivaba del relato del desamparo, de la formulación de un texto sin concesiones, ascético, en el que los protagonistas, trasuntos de la humanidad, se batían en un universo despiadado contra la fuerza de la brutalidad y sin recurrir a explicaciones ulteriores que diluyeran el perfil escalofriante del misterio. La aventura de la suboficial Ripley no era original tanto por sus trucos cinematográficos o su ambientación futurista o incluso por su argumento secundario –que, en parte considerable, son deudores de los hallazgos de la literatura y del cine de ciencia-ficción anteriores-, sino por la crudeza y cruel distancia con la que las cosas del cosmos se le muestran. Atrapada y zarandeada por los intereses de sus propios congéneres, acaba, más allá de ellos, en las redes de las fuerzas que crean y destruyen la vida, perdida, sin remisión, en la inmensidad de un espacio sin corazón, en el que casi no hay tiempo para las preguntas y, mucho menos, para pergeñar respuestas. Ripley despierta en la noche del cosmos sólo por un instante y en ese breve lapso descubre que la vida es, sobre todo, una lucha desigual contra la muerte.
Compárense, para ilustrarlo, los finales de una y otra cinta. Mientras en la antigua la victoria de la pobre Ripley se traduce en la posesión de un minúsculo artefacto que le permite sólo sobrevivir y, en el mejor de los casos, volver a la Tierra, en ésta de ahora, la arqueóloga protagonista se hace con toda una nave extraterrestre y se dirige, grandilocuente, al astro madre de nuestros creadores, segura de poder encontrar allí las respuestas ultramundanas a las preguntas que asedian al espíritu humano.

3 comentarios:

  1. Estoy un poco cansado de leer malas críticas de Prometheus hechas por iluminados. Prometheus es bastante mejor que Alien, bastante mejor que la ultima de Batman, que Los Vengadores y que el remake de Total Recall. Yo me la gocé en el cine. Peliculón. Está claro que no es cine independiente, ni de autor, es cine palomitero, y ya está: buenos efectos, buenos bichos saliendo de la barriga, acción y naves espaciales. Tampoco le pido mucho más a la vida, ni creo que la película en sí de para escribir mucho más que 5 lineas. un saludo, onirocriticos!

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    1. Hola, Nacho. Gracias por tu comentario, siempre se agradece que alguien te diga algo sobre lo que escribes, aunque aproveche para llamarte iluminado.
      Bueno, en el fondo no estás tan en desacuerdo conmigo, pues acabas diciendo que es una película sin otra pretensión que la de entretener con trucos fáciles. La diferencia está en que, como dices, tú no pides más y yo sí. No es que yo no vea películas palomiteras, como las llamas, pero en este caso me parece que los precedentes de ésta exigían algo con más altura.
      Un saludo: Jesús A. Marcos

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  2. y ademas hay un guiño a Stephen Stills en el guión, un grande.

    http://elmundano.wordpress.com/2012/08/16/prometheus-y-stephen-stills/

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