::AUTUMNAL por Bruno Marcos::

Hay que tener el gigantesco estro poético de un Rubén Darío para ponerse triste con el otoño y no parecer ridículo. Dice, en el poema Autumnal, el gran vate unos versos que pasan desapercibidos: "me cuenta un hada amiga/ las historias secretas/ llenas de poesía;/ lo que cantan los pájaros,/ lo que llevan las brisas,/ lo que vaga en las nieblas,/ lo que sueñan las niñas,/". Y no hay nada más inútil, más deprimente que un pensamiento poético que, como la misma brisa, que, como los cantos de los pájaros o lo que sueñan las niñas, es lo que vaga en la niebla, nada, nada que nadie piensa. Contemplar el mundo y no recibir sino esa nada de la brisa, todo lo que no tendrá memoria, ni fantasía de memoria, pero que perdurá ensimismado en su existencia al margen de lo humano, y, que, incluso, aparecerá en nuestra memoria como fogonazos suspendidos eclipsando por un instante nuestro recuerdos más sagrados.
Ante el otoño autumnal, como los antiguos dandys, refugiarnos en lo artificial, en las cosas de los hombres.

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