::CELEBRITIES por Bruno Marcos::



La realidad está empeñada en reproducir sus caricaturas y de llevarlas aún más lejos. Sánchez Dragó ha pretendido siempre representar a una generación que ansió extraer de la vida cuanto pudiera tener esta de interesante aunque para ello fuese menester ponderar hasta el límite patochadas alquimistas, exóticos ritos o narrar, como es el caso, sexo con niñas. Por otro lado Pérez Reverte se inventó un personaje de la España del Siglo de Oro y pretende vivir anacrónicamente en él echando pestes de todo desde una posición privilegiada y llamando, como es el caso, a un ministro "mierda" por llorar al dejar el cargo.
Ni uno ni otro representan nada del presente de nuestro país, ni del populacho ni de las élites, son dos puras excepciones, pintoresquismos.
Es sintomático que la percepción general sea tan ajustada a las parodias que de ellos hacen los de Muchachada nui, como si ellos, toscamente, sí tocasen nuestro tiempo y nuestro lugar.

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