::EL PASO ATRÁS por Bruno Marcos::

Esa intempestiva convocatoria de la muerte, esa anacrónica puesta al tablero de la vida carece de sentido cuando aparece la ciencia médica para reparar lo que no debía haber sido dañado. La tauromaquia se tambalea en las recámaras de la cirujía.
Efectivamente está el planeta de los toros fuera de lugar en un mundo como el nuestro en el que no tiene sitio el valor gratuito, las piruetas danzarinas o los estatuarios ante lo negro porque la misma alegoría ha dejado todo su espacio a la razón explícita.
Y es cierto que el toro ya había pasado pero también es cierto que José Tomás podía haber dado ese paso atrás que mandaría la cornada a los aires. Si no hubiera permanecido inmóvil, de sangre de piedra, frente a la aparición de su propia muerte...
Por eso los toros son una cosa de otro tiempo y un privilegio verlos, haber visto, como yo, a José Tomás torear en estos tiempos a los otros tiempos porque, ahora, es más heróico lo sensato, lo verdaderamente merecedor de elogio es templar la pasión, ser prudente, evitar riesgos innecesarios, dar el paso atrás.

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