::SANTOS CIVILES por Javier M. Llamazares::

Hace veinte, veinticinco años, cada vez que oíamos hablar a alguien de "Federico", con los ojillos iluminados y en posición mental de genuflexión, nos dábamos con el codo para comentar entre risas: otro rogelio trasnochado.
Y es que así fueron los ochenta, con sesiones interminables de dramones superprogres. Anda que no sesteamos los escolares de mi generación con "Yerma" y "Bodas de Sangre". Y luego se extraña el personal del éxito de los videojuegos y de la invención del calimocho…
Pero, como resultaba inevitable, al final las cosas han cambiado. Ahora, cuando alguien suelta un "como dice Federico", y se le pone carita de estar en pleno éxtasis místico, enseguida le pillas: otro liberal crispado.
Y es que, si antes el tan amado Federico era Lorca, el poeta de la libertad —cuando a nosotros los únicos versos que nos entraban eran los de Santiago Auserón o Jaime Urrutia—, el federico del siglo XXI es Jiménez Losantos, adalid también de la "libertad", pero de la "libertad digital".
Lo invariable, lo que quizá permanezca para siempre, es la costumbre de hablar de Federico —del que sea— así a pelo, sin ponerle apellido, como si fuera un amigo íntimo o un primo carnal. Cosas de este patio de vecinas, de este país en el que no cambiaremos nunca, por muchas movidas que vivamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario