::LA VERDADERA NATURALEZA DEL PERRO-KOALA por Susana Herman::

Decía Juan José Millás hace unas semanas en un curso de verano que “para escribir hay que estar muy jodido”; también para leer. Debe de haber algo que no se entiende, tener la sensación de que hay algún mecanismo que explica el funcionamiento del mundo que nos pasa desapercibido. Margaret Atwood opina lo mismo, que es un error la creencia de que los escritores saben más acerca de la mente humana, “saben menos, por eso escriben, para tratar de descubrir lo que todos dan por sentado”.
¿Qué puede añadir a todo lo dicho un perro-koala? Poco o mucho, su sola existencia, pero como muchas otras cosas en la vida, hay que creer en ella ciegamente. La especie perro-koala no está catalogada y, por lo tanto, no es real —o eso cree la mayoría—. En un reciente viaje a una remota isla griega, en un monasterio al que acudían pocos turistas, si lo hubierais visto, confinado y alejado de miradas indiscretas, opinaríais lo contrario. Lo divisé a medias, pero hubiera jurado que tenía cuerpo de bulldog francés y cabeza de koala. De ahí nació la broma durante el viaje y, desde entonces, en la categoría “perro-koala” coloco todas aquellas relaciones amorosas cuya naturaleza es difícil de definir, y que solo subsisten si son alimentadas por nuestros sueños o recuerdos. A pesar de todo, no hay duda de que son reales, tanto que nos causan un tremendo dolor o un intenso placer que no puede ser compartido.
De hecho, ahora que lo pienso, y regresando a Millás y a Atwood, creo que estarían de acuerdo conmigo en que la necesidad de escribir —y también de leer— para entender obedece mucho a la naturaleza del “perro-koala”, y que las mejores historias son aquellas que fueron y se perdieron, las que nunca fueron, las que son pero no pueden ser, las que quizá serán. Las que habitan dentro de nosotros, en un lugar secreto, y que solo se permiten ladrar lastimeramente alguna que otra noche, cuando es más fuerte la pena.

1 comentario:

  1. no me suena ni Millán ni Atwood, pero en mi mesita de noche tengo 5 libros de Vian, Frank, Ezerrad, Sante y Moorcock que estoy leyendo a la vez. Ahora que existe Amazon, el que no lee es porque no quiere.

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