::REVOLUCIONES DOMÉSTICAS por Bruno Marcos::



¿Pero qué está ocurriendo para que Gallardón tenga que salir al pie de su casa más como pater familias que como alcalde e invocar a los lares domésticos para que las gentes no le increpen, pero qué pasa para que a Cayo Lara le echen de la revuelta de las plazas, los foros y las ágoras...? ¿No será que la cosa va contra ellos, contra todos los políticos, contra la democracia, sí, al menos contra la que padecemos?
Al final todas las reivindicaciones de los exacampados parecen una envidia de clase, una envidia a la buena vida de los políticos en un tiempo que promete proveernos de hambres reales. Con la crisis se hacen insoportables sus privilegios, su cinismo y su amparo bajo el palio de las urnas. Claro que es la propia clase política, practicando la política basura y faltándose al respeto, la que ha enseñado a la plebe a no respetarles, y, además van provocando, pues no van los comunistas de Cayo y pactan con los del pp en no sé cuántos municipios y todos, unos y otros, meten a no sé cuántos imputados por corrupción en las instituciones...
Cuenta Suetonio que en los momentos posteriores al magnicidio de Julio César el populacho fue a las casas particulares a buscar a los posibles asesinos y que, por el camino, se encontraron a un desdichado que se parecía a uno y lo mataron. Espero que el pobre malparado romano no invocase, como nuestro Gallardón, a sus hijos y a su esposa para salvarse y mucho menos que alguien, como a este, desde la masa informe del populacho, le contestase: "Una mierda para tu familia".

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