::CIORAN por Bruno Marcos::

Dice Cioran en una de sus cartas ahora publicadas que no puede contemplar a una mujer -se supone hermosa- sin encontrarla ridícula. Cioran que representa toda la negación, el existencialismo sin salida, encarna también la acción creativa del lenguaje que justifica, en paralelo y paradójicamente, lo que quiere derruir. Su pesimismo es optimista de alguna forma porque no conduce ni siquiera a la inacción intelectual. Cuando un hombre se da cuenta de que una mujer hermosa es ridícula es porque está en proceso de desmantelamiento, está desvitalizándose. ¿Pero es posible pensar la vida desde fuera de ella? Cioran dice exactamente: "Cuando miras una mujer, pongo por caso, no como objeto de deseo, sino como hecho, te entra la risa." Y poco después asegura que esa risa es muy semejante fisonómicamente a la expresión del dolor. Se trata por tanto de una risa tétrica, un duelo por los hechos.
Tal vez lo que ocurre es que la belleza sea el asunto más dramático del absurdo existencial. La belleza ha de ser el hecho más perfecto, el hecho más perfectamente ridículo. Pero esa mirada que encuentra todo ridículo debería hacer lo propio con la misma obra de Cioran, cuanto más bella la encontremos, cuanto más lúcida, más ridícula.
El acto soberano de la vida no es sólo crearse y aniquilarse sino burlarse de toda clarividencia y de toda rebelión ofreciendo magníficas oportunidades para hacer el ridículo.

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