::SIERRA NO ES UN ARTISTA SERIO por Bruno Marcos::

La renuncia de Sierra al nacional de artes plásticas

A primera hora de ayer su renuncia tenía cierta gracia pero, minutos después, ya poseía los atributos de la majadería general que envuelve todas las cosas de las artes plásticas contemporáneas. No se debería haber premiado a Santiago Sierra porque su estomagante literalidad y sus ingenuidades sociopolíticas le obligarían a emitir, en el momento más álgido, una ventosidad más para implorar aun más reconocimiento.
Él no es un “artista serio”, como aduce, frente a los otros que deben ser cómicos según él, sino un artista literal, excesivamente literal, fácil, maniqueo y cínico, en tanto que lleva legitimando todos y cada uno de los espacios de la cultura con su crítica de tocador fabricada al amparo de ese supuesto mundo que detesta.
Por otro lado Sierra se atribuye una legitimidad moral que depositaría en el estado al aceptar los 30.000 euros de lo cual podríamos deducir que el estado desea adueñarse del prestigio de sus acciones -inyectar gas mortal en una sinagoga, pagar a emigrantes por tatuarse, masturbarse o sodomizarse- que le han convertido a él en un paradigma ético. Además escribe en su comunicado que se quiere desligar de: "Un estado que participa en guerras dementes alineado con un imperio criminal." con lo que los anteriormente premiados son una especie de completos cómplices de, por ejemplo, el Bush de la guerra de Irak.
Poco queda de sus primeras obras mucho más interesantes pero sin repercusión sensacionalista ni buenismo de perrosflauta pensionados.
Ahora bien, los peor parados del suceso chusco van a ser los del jurado, a quienes les va a tocar el papel del absoluto cretino.

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