::MUERA LA INTELIGENCIA por Bruno Marcos::

Si Benedicto dice que el condón está bien ya andamos perdidos. A la Iglesia anacrónica, antisistema, contra todo el mundo, sucumbiendo en una perversión de historia universal de la pederastia le quedaban los estertores magníficos del fin de un imperio, las boqueadas teatralizadas de un mastodonte que desde el pasado proyectaba el fascinante destello de un magno poder fabricado con la inmatetrial gestión del miedo existencial. Si le quedase dignidad se mantendría en sus trece, defendiendo lo indefendible, pero les va a pasar como a los políticos que, para ir con los tiempos, ya van como Belén Esteban, que, al fin y al cabo, es una reaccionaria.
A la retirada de la inteligencia de la vida pública se le incrusta la sociología de andar por casa y nada menos que en El País nos vienen con que la nueva forma del fascismo es la Esteban con su grito de "Por mi hija mato". Los que usufructúan malamente los restos de la inteligencia finiquitada pretenden hacer caja también a expensas de la popular despechada y, si se ponen, acabarán equiparando su lema con aquel de Millán Astray en las barbas de Unamuno de "Muerte a la inteligencia". E incluso aquel otro de "Viva la muerte". Es mucha filosofía para Belén, y sacarla de contexto.

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