Ahora que hasta el más analfabeto se atreve a insultar al presidente del gobierno de España tal vez toque defenderlo. El linchamiento general es tan bochornoso que pululan por las tertulias de los medios todo tipo de cretinos sin escrúpulos.
Ayer estuvo en Túnez y, para ser un personaje que internacionalmente -según algunos- no pinta nada, está muy bien que haya sido el primero en comparecer y apoyar a las gentes de las revoluciones democráticas de los países árabes.
A uno le gustaría poder hacerse de derechas porque ya peina canas y ansía determinadas seguridades pero esta derecha española se lo pone siempre difícil. Les parece mal lo que a mí me ha parecido perfecto, que les ha explicado a los de Túnez que en España a su abuelo lo mataron por declararse fiel a la democracia, que su padre no pudo disfrutar de la libertad política y que él, sin embargo, ha llegado a presidente de un país libre. Se trata de un testimonio hermoso de que el cambio es posible, que la libertad se construye y se alcanza.
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