::RESETEANDO LA CULTURA por Bruno Marcos::

Ayer asistimos a uno de los acontecimientos más repugnantes de los últimos tiempos cuando uno de las pocas cosas que se podía ver en la televisión, la CNN, dejó de emitir dando paso al narcotizante logo de Gran Hermano 24 horas. Los empleados del canal de noticias no sabían cómo romper su hieratismo de periodistas serios para desahogarse respecto de su demolición. Uno de ellos se acordó de su mujer y sus hijas, otro remitió a los errores de los ejecutivos, y, al final, hicieron una fantasmal salida de escena. Pero su corrección extrema les impedía reaccionar ante el atropello con el lenguaje avillanado que se merecía. Lo peor es lo que  les queda a estas gentes, incorporarse a los ecosistemas vitales de la comunicación más pletóricos como los de Sálvame o así. Es helador porque nuestro futuro no es solamente lo denigrante, nuevas perspectivas de lo cutre, sino lo cutre viejo. Es simbólico que Gran Hermano ocupe el canal de la CNN, la información sustituida por el morbo intrascendente y sabido, el reino de la vulgaridad estomagante y repetida. Tal vez sea necesaria la degradación total para producirse el reseteado total de la cultura.

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