:: LA HISTORIA NOS PASA POR ENCIMA por Bruno Marcos::

Una vez más la historia nos pasa por encima y nos ofrece otra magnífica oportunidad de degradarnos. Una mañana cualquiera, en la que las telarañas de un amanecer cualquiera nublan nuestra mirada y hasta nuestras ideas, nos lanzan, a bocajarro, la noticia de que Bin Laden ha sido abatido a tiros en una mansión en la que habitaba cómodamente hacía más de cinco años. Y se supone que nos debería parecer bien o mal, alegrarnos o entristecernos. Se nos exige que tengamos una opinión al respecto y a lo más que llegamos es a una cierta estupefacción frente a la contundencia de lo real. 
Ante lo crudo del asalto, ante la fisicidad de las balas, casi mil al minuto, nos parece impropio el júbilo, como si nos negásemos a aceptar que en el malvado no existiese algo de lo humano nuestro y, por otro lado, poner cualquier objeción al tiroteo nos coloca grotescamente al lado del mal.
Lo que cada vez queda más claro es que el mundo no es un cuento de hadas en el que nos podamos permitir tener ideas no relativizables, y más cuando la realidad se presenta como una pura paradoja en carne viva que sus actores usufructúan. ¿Es posible acaso defender el derecho de un individuo a no ser torturado si sabemos que su confesión salvará a miles de inocentes?¿Es posible declararse contrario a la pena de muerte cuando dejar vivo a un asesino probablemente haga morir a muchos de aquellos a los que la historia les pasa por encima?

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